INTRODUCCIÓN:
Para comenzar la sesión, tuvimos que llevar media cartulina y una copia de nuestro autorretrato en grande (A3). ¿Para qué sería esto necesario? ¿Qué íbamos a hacer con estos materiales?
DESARROLLO:
El profesor Maíllo, tras entrar en clase, procedió a explicar detalladamente el sentido de dar color a las obras, alegando que este podía ser libre, depender no de la vista, la lógica y el realismo sino también de nuestras percepciones y voluntad de expresión.
También repitió la importancia de cuidar nuestras proporciones faciales en el momento de plasmarlo en un trozo de papel.
También comentó que existían técnicas húmedas (acuarelas, acrílicos, etc.) y técnicas secas (ceras, Manley, etc.), que eran las que utilizaríamos durante la clase.
De esta forma, comenzamos a dar color a nuestros autorretratos. Al principio, reconozco que me costó no ajustarme al realismo cromático, pero luego me fui soltando, aplicando así una técnica expresionista, o al menos un intento de ello.
En mi caso, coloreé mi obra con colores fríos (azul, verde, morado...) a la izquierda y cálidos (rojo, naranja, amarillo...) a la derecha.
Pese a que nunca había utilizado esta técnica, he de admitir que me gustó, tanto el proceso como el resultado final. Creo que es una técnica extraña pero hermosa, bastante original.
CONCLUSIÓN:
Al final de la clase, El profesor Maíllo nos explicó, de cara a las siguientes sesiones, cómo funcionan las técnicas de coloreado húmedas, así como la manera cómo se consigue la gama cromática (los millones de colores de la naturaleza se pueden obtener mezclando los tres colores básicos, azul, amarillo y rojo, como también el blanco).
Personalmente, pienso que las posibilidades docentes que ofrecen las técnicas de coloreado son inmensas. Creo que lo mejor para que los niños expresen lo que sienten y piensan, puede ser que lo hagan a través de técnicas como esta, en ocasiones mucho más sinceras y puras que las propias palabras.
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