INTRODUCCIÓN:
A lo largo de la sisión, el profesor Maíllo nos explicó cómo pintar adecuadamente un rostro, haciéndonos ver que incluso en las caras existen unas medidas y proporciones que conviene medir bien antes de pintar.
DESARROLLO:
Para empezar, nos debemos fijar en qué forma tiene nuestra cabeza.
Lo primero que hicimos fue dibujar un ojo, luego el otro y después la nariz.
Tras medir nuestro cráneo y trasladar las medidas al papel, comenzamos el trazado de las primeras líneas.
Más tarde, seguimos perfeccionando las líneas y trazando los contornos de nuestro autorretrato.
Dibujamos los últimos trazados y añadimos el cuello, los hombros y parte del cuerpo, rematando así lo que sería un primer autorretrato (al menos por mi parte).
CONCLUSIÓN:
Aprendí de esta forma que, si bien tratar de plasmar nuestro propio rostro en un lienzo no es tan difíscil, el hacerlo bien es una cuestión de práctica, que requiere la repetición e innovación constante.
Todos los grandes artistas (pintores) realizaron sus propios autorretratos, dotándolos de distintos matices y empleando diferentes técnicas.
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